Durante nuestra estancia en Porto nosotros, Raúl, Ekaitz y Ángel nos dedicamos principalmente a tareas de almacén de la empresa Jans.It. Nuestras tareas solían estar relacionadas al inventario y organización de monitores. trabajábamos entre dos locales, la tienda y el almacén. Nuestro trabajo en la tienda era el de organizar los monitores para que cupieran y estuvieran correctamente clasificados entre estanterías, nuestro trabajo en el almacén consistía generalmente en testear el funcionamiento correcto de las pantallas.
Otros días nos encargamos trabajamos en la sección de reacondicionados configurando windows 11 en portátiles de oficina, conectando el portátil a la red de Jans y volviendo a poner los valores predeterminados de la BIOS. Después de configurarle windows 11 al portátil le haríamos una serie de pruebas para saber el estado físico de este, ver que el micrófono, camara, altavoz, teclado, touchpad, USBs etc funcionan correctamente, al menos para ser vendidos o reparados.
Cuando era necesario (o no nos encontraban trabajo) no ponían a clasificar cables, en los últimos días concretamente atamos y clasificamos al rededor de 3500 cables con la “ayuda” de nuestros compañeros portugueses. Sabiendo que este trabajo no era particularmente nuestro favorito uno de nuestros superiores intentaba compensarlo llevándonos a hacer entregas, no éramos realmente necesarios en la mayoría de ellas pero aprendíamos el oficio. En otros casos si que fuimos de ayuda, como cuando fuimos a instalar una pantalla particularmente pesada a una guardería.


Dejando nuestras tareas de lado, nuestra experiencia allí no fue siempre particularmente fácil. La cultura portuguesa es más distinta de la española de lo que uno suele pensar, las barreras del lenguaje y cierto escepticismo en nuestras habilidades fueron notables mas de una vez y realmente se notaba la distancia entre nosotros y ellos. A veces podía ser un poco conflictivo porque éramos un equipo y se nos trataba como tal, un fallo de uno era un fallo para los tres. Era en gran medida una buena motivación para nosotros porque no solo podía manchar nuestra propia imagen sino también la de nuestros compañeros

Como conclusión fue una experiencia bastante buena que yo al menos no me arrepiento de vivir, tuvo momentos negativos pero fue mayoritariamente enriquecedora y realmente nos llevamos bien con algún trabajador y otros practicantes durante nuestra estancia.